“No temas a
los muertos, teme a los vivos que murieron en vida”
La noche estaba bastante despejada
tanto que Henry se puso a bromear sobre las constelaciones, no es un
genio pero por lo que sé de él, entro en el ejército por su padre,
termino sus estudios en un centro militar y bueno esa es su vida, no
me ha contado nada más, ni si Henry es su nombre, ni en que trabaja
y ni siquiera porque nunca me deja sentarme delante, a no, eso sí,
según él podría ensuciar la alfombrilla, o llenar todo de pelos.
Miré el reloj del coche <<Las
tres menos cuarto de la mañana >> una buena hora
para dormir o echar una cabezada, yo estoy demasiado cansada para
dormir y Henry, parece que acabara cediendo al sueño.
-Henry, si quieres puedo conducir yo y
tú te echas una cabezada aquí atrás -dije asomándome por un
lateral para mirarle desde atrás.
-No hace falta, y no te atrevas a tocar
el volante de este coche-me gruño-, mira allí tiene pinta de haber
un sitio para aparcar y dejar el coche, quizás haya un motel o
quizás toque dormir en el coche-dijo para terminar bostezando como
si no hubiera dormido en días.
<<Que cabezón es, que le
cuesta, sé conducir, no tengo tres años>>
Me deje caer en el asiento de nuevo
mientras él aparcaba, yo no tenía intención de dormir y aun así
no se me ocurría nada para matar el tiempo mientras él estuviese
dormido. Termine saliendo de un salto del coche, para terminar
girando sobre mis talones para inspeccionar el lugar. <<No
me da buena espina>> pensé. Escuche a Henry
acomodarse en el asiento para al menos dormir una hora, quizás algo
más, pero ese no fue el único ruido que escuche. También una voz
en mi cabeza, una voz que repetía con tono femenino una frase una y
otra vez: Escóndete, ya
vienen, escóndete ya vienen. Date prisa.
Deje escapar el aire un segundo, cuando
me gire definitivamente vi lo que menos me imaginaba encontrar.
Zombis. No distinguía nada en ellos, los escuchaba, los veía
arrastrándose hasta nosotros, notaba como un nudo se creaba en mi
garganta, empezando un ataque de nervios. Te
lo avisé.
Como primer reflejo me subí al coche,
ahogue un grito cuando una mano choco contra el cristal, haciéndome
retroceder y golpearme la cadera contra el asiento. Me incorpore todo
lo que pude, me abalance a asomarme al asiento delantero me quede
mirando a Henry, no mas de diez segundos. Como primer intento lo
sacudí y llame varias veces.No se despertó solo gruñía. Termine.Termine
soltándole una bofetada.Como consecuencia se lanzo a por mi,
terminando el con mala cara y yo contra el asiendo trasero. Tras
unos cuantos gritos y explicarle la situación, se calmo.
-Yo me ocupo quédate aquí-me dijo
mientras yo escuchaba el seguro de un arma, no tenia ganas de
discutir, asentí.
-¿¡Tu eres imbécil!?-Le termine
chillando echándome hacia delante para agarrar sus hombros-Es mejor
que...
Algo llamo mi atención, ya estaban
casi sobre nosotros, golpeando con las manos las ventanas, mostrando
su podrido aspecto al igual que coreaban sus rugidos de tono gutural.
Algo brillante y blanco que reflejaba la poca luz que daba la luna
mientras se abalanzaba sobre aquellos seres, los cuales no dejaban de
gruñir, lamentarse y soltar esos gritos tan característicos. Pude
distinguir como cada miembro que aquel brillo surcaba, caía al
suelo, cada grito me indicaba cuando moría uno de ellos, <<
¿Cuántos son?>> mire por la ventana pero lo único que logre
fue notar mi pulso acelerado por un ataque de adrenalina, me había
apartado de Henry con brusquedad. Una cara putrefacta y desecha que
se estampo reventándose contra el cristal. Entre toda la oscuridad
pude distinguir un brillo carmesí que rápido se volvía hacia
nosotros.
Estuve a punto de vomitar por aquello.
Sal del coche, ven aquí fuera conmigo. Me baje del coche a
regañadientes, observando lo que la oscuridad me dejaba, notando
como iba caminando sobre los restos las sangre y demás vísceras,
escuchando ya de lejos los gritos de Henry, la mayoría diciéndome que
volviera, otros llamándome un poco de todo, pude ver un rastro de un
líquido casi negro esparcido por el suelo, el charco que dibujaba
junto al todo terreno y una esbelta y alta silueta, frente a mí.
-Estos bichos son realmente molestos
¿no crees?-cuando aquella silueta se giró hacia mi pude distinguir
unos brillantes ojos, de un color anaranjado, casi rojizo. Una melena
salvaje y alborotada y lo que emitía tanto brillo, una larga y fina
espada que ahora ya no brillaba con luz blanca, si no que la luz se
reflejaba sobre aquel líquido espeso y maloliente.
-Supongo…
-¿Nunca te habías topado con ellos?
-No...
-Siento mucho haber jodido el
momento...-dijo mirando algo al todo terreno- soy Valquiria
Asentí despacio, con la mirada fija en
ella, no tenía intención de decirle mi nombre a lo que para mí era
una desconocida, armada y posiblemente no humana. Jugueteo un momento
con la espada, al menos hasta que termino por enfundarla en su
cadera, se acercó más a mí, con una sonrisa en la cara, lo poco
que la luna iluminaba me permitía distinguir sus rasgos.
-Por aquí solo se puede ir a un
sitio-continuo-supongo que te diriges a la ciudad, y se te nota; No
te fías de mí, o quizás de los míos ¿eh?
-¿Sigue siendo una ciudad?-pregunte
con la ceja arqueada-pensé que solo eran ruinas y caos.
-Tienes toda la
razón-mi comentario la había echo reír-acabo de salvarte la vida ¿en
serio no me dirás tu nombre?-su voz sonaba con sorna aun así no era
una burla hacia mí era una burla sobre la situación. Pero yo seguí
teniendo una duda ahora soy Ira o Victoria. Sacudí la cabeza,
suspire, carraspee y tendí mi mano derecha hacia ella.
-Por lo que parece tu también vas hacia
la ciudad.-dije mirando por encima del hombro al coche, distinguiendo
a Henry en el asiento delantero-Soy Victoria
Estrecho mi mano, mirándome con lo que
parecía una sonrisa en la cara, señalando sobre todo el todo terreno.
-¿Sois....?-dijo mirándome a mi.
-No, él me está llevando a la ciudad.
Al rato después de entrar yo y sentarme
atrás, hable unos minutos con Henry. No tarde en oír un ruido en el
cristal, el primero en girarse fue él. Me tiro encima la mochila y
abrió la puerta.Valquiria había entrado y se había sentado en el
asiento del co-piloto.
-No te había reconocido de lejos-dijo
mirándole con una sonrisa-
-Se supone que debes ver en la
oscuridad
-Sabes que eso solo pasa cuando … -se
giro para mirarme-Hola de nuevo Victoria
Saludo con la cabeza mientras me
quitaba de encima el peso muerto de la bolsa.
-¿Enserio vas a volver allí?-dijo de
nuevo mirando a Henry, él se limito a arrancar y a asentir
-Y creo que ahora tengo que llevar a
las dos
<<¿Que demonios esta pasando
aquí?>>
Solo un par de
horas después conseguí relajarme del todo, ellos dos se miraban de
vez en cuando, pero sobre todo reinaba el silencio, la noche estaba
siendo demasiado larga.
El sueño me
atrapo, y fui consciente de ello cuando sobresaltada por una frase desperté.
Por fin Henry había logrado aparcar, por fin Valquiria se había dormido, por
fin todo parecía normal y estable.
Me lleve las
manos a la cabeza como una niña empecé a hacer fuerza en mis sienes, como si
quisiera expulsar algo que se había metido en mi cabeza.
<< Sal….Sal de mi cabeza...>>
Logre
relajarme, expulsar aquella voz de mi mente. Pronto las ideas llegaron.
<<A dónde vamos hay más peligros
que en ningún otro sitio. Henry y Valquiria van armados…Pero yo tengo el…
¡Mierda!>>
Por primera
vez. Después de mi pelea con Alice, de la desaparición de Dorian. De todos los
problemas había recordado, lo había recordado. << ¿Cómo pude dejarlo en casa de mi padre?>>Pensé.
Había tardado
casi tres días en recordar mi regalo de cumpleaños. Bueno, técnicamente el
único que llamo mi atención. No pude evitar recordar aquella frase,
aquella pintoresca frase que Dorian había mandado grabar en el cañón de un
revolver para mí. Aunque ahora que lo pienso… ¡Lleva quince años diciendo que
no hay quien confié en mi con un arma!.
Me obligue a
cerrar los ojos. De nuevo todo se volvió lejano y oscuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario